El bienestar corporal de los niños se beneficia de la ejercitación integral que implica la práctica del voleibol. El entrenamiento dirigido en este deporte puede prevenir las malas posturas y compensar la falta de ejercicio, especialmente en los niños. Pero aún hay más ventajas: la concentración y capacidad de respuesta se entrenan para que los jugadores estén preparados en todo momento ante cualquier situación de juego. Además, los niños aprenden a evaluar la trayectoria de la pelota y a reaccionar en consecuencia. Así es como entrenan sus reflejos y coordinación. Asimismo, como en otros deportes de pelota, el trabajo en equipo y el juego limpio son cruciales, lo que tiene un impacto positivo en el desarrollo de la personalidad de los niños.